Algunas víctimas reportan que la relación con su pareja sigue un ciclo en el que se alterna la violencia con la felicidad, separadas por un periodo de tensión.
Este tipo de situaciones no se reporta en cada caso de violencia doméstica; sin embargo, puede suceder lo siguiente:
Etapa de acumulación de tensión: Las víctimas describen este periodo como “andar de puntillas”. La tensión es muy alta en el hogar y durante esta etapa el abuso emocional es muy frecuente.
Incidente violento: Es cuando ocurre la agresión sexual o el abuso físico.
La “luna de miel”: En esta etapa, el agresor pide perdón y promete nunca volver actuar de esa manera. En muchos casos el agresor le compra regalos a la víctima y le promete buscar ayuda para solucionar su comportamiento.
Por lo general el nivel de violencia aumenta con el tiempo, y progresivamente se vuelve más severo.
La etapa de la luna de miel se vuelve cada vez más corta y eventualmente podría desaparecer por completo.